Svetlana Aleksiévich es investida doctora honoris causa

La investidura se realizó en el Paraninfo de San Bernardo

3 OCT 2022 - 13:05 CET

La escritora y periodista bielorrusa, galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2015, Svetlana Aleksiévich, ha sido investida doctora honoris causapor la Universidad Complutense de Madrid, a propuesta de nuestra Facultad. La ceremonia del acto ha tenido lugar en el Paraninfo histórico de San Bernardo y ha sido presidida por el Rector de la Universidad, Joaquín Goyache, con la participación de nuestro Decano, Jorge Clemente Mediavilla, la Secretaria Académica, Pilar Cousido, la Vicedecana de Investigación y Doctorado, Dimitrina Semova y el Vicedecano de Relaciones Internacionales, José Antonio Ruiz San Román.

Aleksiévich es la primera mujer investida doctora honoris causa a propuesta de nuestro Centro, uniéndose a los once doctores honoris causa con los que cuenta nuestra Facultad desde 1987. La exposición de méritos, conocida como laudatio, ha corrido a cargo del profesor José Luis Dader, Catedrático de Periodismo, que ejercerá de padrino.

La candidatura de Svetlana Aleksiévich como doctora honoris causa, cuyo proponente fue el profesor Manuel Fernández Sande del Departamento de Periodismo y Comunicación Global, se aprobó en Junta de Facultad el 21 de febrero de 2019 de cara a la celebración en 2021 del #50AniversarioUCMccinf. El Consejo de Gobierno de la Universidad Complutense aprobó dicho nombramiento el 7 de junio de 2019. Sin embargo, la investidura de Aleksiévich no se pudo llevar a cabo puesto que, además de la situación de pandemia, la periodista vio limitados sus movimientos por las fuerzas de seguridad del gobierno bielorruso, debido a su obra y sus posiciones políticas en las últimas décadas.

Svetlana Aleksiévich ofrece a través de su obra un retrato profundamente crítico de la antigua Unión Soviética y de las secuelas que dejó a su población. Estudió periodismo en Bielorrusia, donde sus padres eran maestros. Entre sus obras más destacadas se encuentran “La guerra no tiene rostro de mujer” (1985), sobre la Segunda Guerra Mundial; “Los ataúdes de zinc” (1989), sobre la guerra de Afganistán; “El hechizo de la muerte” (1993), sobre los suicidios que se produjeron tras la caída de la URSS; “Voces de Chernóbil” (1997) o “El fin del Homo sovieticus" (2013).

Enfrentada al gobierno y la censura del presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, abandonó Bielorrusia en el año 2000 y estuvo viviendo en París, Gotemburgo y Berlín. En 2011, Aleksiévich volvió a Minsk, pero desde 2020, tras la nueva victoria de Lukashenko en las elecciones y el acoso de las fuerzas de seguridad bielorrusas, ha vuelto a residir en Berlín.

Su espíritu crítico, su profundo compromiso con los que sufren y su fructífera carrera literaria han sido reconocidos con innumerables galardones, entre los que cabe destacar el premio Nobel de Literatura (2015), el Premio Ryszard-Kapuscinski de Polonia (1996), el Premio Herder de Austria (1999), el Premio Nacional del Círculo de Críticos de Estados Unidos (2006), el Premio Médicis de Ensayo en Francia (2013) y el Premio de la Paz de los libreros alemanes (2013). Es oficial de la orden de las Artes y las Letras de la República Francesa y desde hoy doctora honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid.

En el acto de Investidura, Aleksiévich que ha realizado su discurso de aceptación en ruso, ha señalado que la defensa de la libertad de información es, “en estos tiempos tan oscuros en los que estamos inmersos”, más necesaria que nunca. “En un mundo donde hay más odio que amor, nos necesitamos mucho más”, ha señalado Aleksiévich. En el contexto bélico de la guerra en Ucrania, Svetlana Aleksiévich ha agradecido al público asistente su apoyo en esta causa y ha afirmado que continuará escribiendo sobre esto. “Parece que una palabra ya no puede vencer el mal. Pero hay que seguir adelante, hay que escribir sobre la gente”.

José Luis Dader, catedrático de periodismo que ha ejercido de padrino de Svetlana Aleksiévich en la ceremonia, ha destacado entre sus méritos su papel de historiadora, “pero historiadora de las cosas que no dejan rastro”, ha apuntado. El profesor Dader García ha subrayado la labor de Aleksiévich a la hora de contar las historias más difíciles y ocultas y ha afirmado que “se ha dedicado a rescatar los murmullos últimos de quiénes estaban obligados a callar”. En su discurso, José Luis Dader, también ha aprovechado para reconocer que el periodismo debería ser como siempre lo ha trabajado Aleksievich, “una información desinteresada y entregada al público”.

El rector de la Universidad Complutense, Joaquín Goyache, ha calificado la ceremonia como una ceremonia bella y llena de conocimiento y ha resaltado el valor de un acto tan singular pero tan lleno de valor para toda la comunidad universitaria. “Hoy nuestra Universidad se siente feliz”, ha dicho. También ha agradecido a los Honoris Causa su contribución con el mundo académico y con la sociedad en todas sus vertientes.

La Facultad ha creado un espacio web dedicado a los 12 honoris causa nombrados por la Universidad Complutense a propuesta de nuestro Centro, donde se puede consultar la fecha del nombramiento de cada uno de ellos, una breve biografía, así como sus méritos extraordinarios.

La Universidad Complutense de Madrid ha investido más de 280doctores honoris causa, de los cuales doce han sido propuestos por nuestra Facultad, desde1920; fecha en la que se autorizó mediante Real Decreto a nuestra universidad a otorgar el título de doctor honoris causa, siendo así la primera universidad en conceder esta distinción.

Un doctorado honoris causa es un título honorífico que da una universidad a una persona por sus méritos extraordinarios o en reconocimiento a su trayectoria en un marco académico, cultural o científico. Esta distinción no exige tener estudios universitarios y las personas candidatas a doctor o doctora honoris causa pueden ser propuestos por la Junta de Facultad, por los Departamentos del Centro o por el Rector o Rectora de la Universidad.

El acto de investidura que llevado a cabo en el Paraninfo ha seguido un protocolo con las siguientes fases: