Nueva exposición en la Facultad de la profesora Barrientos

19 DIC 2024 - 13:09 CET

Hasta el 26 de enero de 2025 en EspacioArte, en la tercera planta del edificio principal, se podrá visitar la nueva exposición que ha preparado el Gabinete de Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Información, en este caso de la mano de la profesora Almudena Barrientos y que recoge imágenes de algunos de los carteles de neón más emblemáticos de Madrid, como el de Tío Pepe en la Puerta del Sol o los Cines Capitol.

La muestra titulada “Madrid Neurocomunica. Apelando a las emociones a través de color” explora la relación entre las icónicas luces de neón de la ciudad y su impacto en nuestras emociones desde una perspectiva neurocientífica, ofreciendo una mirada alternativa a los espacios urbanos que forman parte de la vida cotidiana. Dirigida por la profesora Almudena Barrientos-Báez, del departamento de Teorías y Análisis de la Comunicación, las imágenes invitan al público a redescubrir la riqueza visual de Madrid a través de una serie de imágenes que capturan cómo la luz y el color transforman los edificios emblemáticos de la capital.

El neón, con su característico brillo y su capacidad para captar la atención, ha sido durante décadas una parte fundamental del paisaje urbano madrileño. Estos estímulos visuales, señala Barrientos, afectan nuestras emociones y percepciones, lo que demuestra el poder del color y la luz en la activación de áreas del cerebro vinculadas a la emoción, la memoria y la percepción.

La exposición aborda cómo los colores de las luces de neón influyen en nuestras emociones y la percepción del espacio. Tonos como el rojo, que evoca energía y pasión, o el azul, que invita a la calma y la serenidad, transforman la experiencia del espectador, mientras que colores como el amarillo, verde, rosa y púrpura crean asociaciones con la creatividad, la frescura o la nostalgia. Estos colores, integrados en la arquitectura de Madrid, generan una conexión emocional con los edificios y su historia.

Estudios de neurociencia revelan que los estímulos visuales intensos, como las luces de neón, pueden activar áreas cerebrales relacionadas con el placer y la recompensa, liberando dopamina y creando sensaciones de alegría y fascinación. 

Pero las luces de neón no solo iluminan la ciudad, sino que también cuentan una historia. La exposición destaca cómo estas luces, especialmente en edificios de calles como la Gran Vía, evocan una "edad dorada" del cine, el teatro y el espectáculo, despertando en el espectador una sensación de nostalgia y emoción, haciendo que la percepción de los edificios sea más significativa y memorable.

Asimismo, forman parte del patrimonio visual de Madrid y, aunque muchas de estas instalaciones han sido reemplazadas por nuevas tecnologías como el LED, el neón sigue siendo un símbolo de modernidad del siglo XX y una parte de la identidad urbana de la ciudad.

“Todo comienza con una imagen bucólica cada vez que Madrid recibe a sus visitantes... Siempre que aterrizo en Barajas, los brazos de "Neón" están ahí para acogerme, fieles a nuestro encuentro semanal, recordando que nadie es extraño en Madrid”, explica Barrientos.